MAMÁ, TÚ ERES LA MEJOR MAESTRA PARA TUS HIJOS

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“Una madre enseña con el corazón, y más profundo de lo que podemos encontrar en libros.”
¡Una verdad sencilla, pero poderosa!

Nos han vendido la idea de que, para realizarnos como mujeres, debemos estar más fuera de casa que dentro. Los medios, las opiniones y las comparaciones nos hacen pensar que así es mejor. Pero la verdad es que una mamá presente en casa hace una diferencia inmensa… ¡una diferencia que se verá reflejada hasta en mil generaciones!

Fuimos diseñadas por Dios, y sabes, Dios no improvisa. Cuando Él pensó en nosotras como mamás, hizo lo mejor: nos dio un corazón tierno, capaz de abrazar con palabras, de curar con una mirada, de enseñar con amor y firmeza.

Por eso, sí: sí podemos enseñar a nuestros hijos. No porque tengamos un título universitario, ni porque seamos expertas en inglés, matemáticas o literatura, sino porque nadie más tiene ese amor incondicional, esa intuición, esa conexión especial y ese profundo conocimiento de nuestros hijos.

Educar en casa no es replicar la escuela tradicional en el comedor.
Es crear un espacio donde el aprendizaje fluya con libertad, con risas, con paciencia (y sí, también con algo de caos). Es adaptar el ritmo a sus necesidades, celebrar sus logros sin presiones y acompañarlos de la mano en cada descubrimiento.

La educación en casa no es perfecta, pero sí profundamente significativa. Habrá días difíciles, días en los que dudarás, te sentirás agotada o pensarás que no lo estás haciendo bien. Pero en esos momentos, recuerda esto: tu presencia, tu esfuerzo y tu amor ya están dejando una huella que ninguna escuela podrá igualar.

Ellos no necesitan una mamá perfecta. Te necesitan a ti. Con tus fortalezas, tus errores, tus aprendizajes. Eres el modelo más cercano de cómo se aprende, cómo se lucha, cómo se ama.

Y eso, mamá, es educación de la buena.

Nadie conoce tan profundamente a sus hijos como tú: sus fortalezas, intereses, emociones… Ese amor incondicional no se enseña con palabras, sino con acciones, con ejemplo, estando presente en sus momentos clave y aprovechando el día a día.

Hoy quiero animarte a confiar en ti.
No necesitas tener todas las respuestas. Solo necesitas estar dispuesta a caminar junto a tus hijos, a aprender con ellos y a recordar que estás formando algo mucho más valioso que un buen boletín: una relación de por vida, basada en el amor y el aprendizaje compartido.

Porque ser mamá no es solo un rol: es un llamado.
Y querida mamá, recuerda: somos el diseño especial de Dios.

“Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
2 Corintios 12:10

Recuerda esto: nuestra fuerza viene de Dios.
Y sí, mamá: tú eres su mejor maestra.

Por: Jeimy Russi
@jlsweet2

Soy mamá de dos increíbles niños de 8 y 12 años y desde hace 5 años elegimos el camino de homeschooling, esta decisión transformó por completo nuestra manera de vivir, aprender y crecer juntos como familia. Con el tiempo he descubierto que educar en casa no es solo posible sino también profundamente gratificante!  Ver a mis hijos disfrutar, reír, y descubrir el mundo con curiosidad. y crecer en libertad ha sido un regalo que no cambiaría por nada.

Soy esposa, líder de Miami, maestra de profesión y de corazón, y una mujer que ama profundamente a Dios, ¡él es mi guía, mi motor y mi todo!

Decidí caminar con Fe y Educar con amor.